La tipografía gótica, también conocida como fracturada (fractales), se basan en la caligrafía del medievo, que emana del alfabeto latino. Empezaron a usarse con los incunables (destaca la Biblia de las 42 líneas de Gutenberg) evolucionando hacia la tipografía moderna (la Fraktur se utilizó para escribir los textos alemanes desde el siglo XVI hasta que en 1941 Hitler prohibió su uso). Actualmente muchos diseñadores de tipos están creando nuevas tipografías a partir de las antiguas tipografías góticas. Son tipografías muy fuertes, con cuerpo y presencia que no dejan indiferente a nadie.
Lo que nos transmite la tipografía es algo que no podemos ignorar; es un elemento decisivo que puede marcar la diferencia en el resultado final. Una fuente puede reflejar profesionalismo, dinamismo, creatividad, confianza, innovación, seriedad… la tipografía transmite emociones y tiene su propia personalidad. La tipografía refuerza el mensaje para que se interprete mucho más efectivamente. Por eso, como comunicadora visual, necesitaba crear mi tipografía, una que fuera mi voz. y, me interesaba especialmente volver a los orígenes de escritura, cuando el trabajo del escribano y tipógrafo era muy valorado porque no todos podían dejar su voz escrita. Como no tenia una cuña y tablilla de barro; Opté por la pluma y la tinta para entender la tipografía gótica y hacerla mía. siempre me he sentido muy identificado con el gótico; tan intenso, diferente, e incluso rechazado y despreciado por los humanistas debido a su comprensión compleja.